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La hoja compuesta es aquella que está dividida en partes llamadas FOLIOLOS (también se llaman HOJUELAS), que a veces son de aspecto similar a hojas. Sin embargo, mediante la detenida observación podemos diferenciarlos de varias maneras.
Para empezar, en el punto de inserción de un foliolo (axila) jamás hay una yema, es decir, que nunca podría brotar una rama de ese punto. Lo que aparentemente es el peciolo o rabillo del foliolo no es más que uno de los nervios de la hoja. En las axilas de las hojas auténticas, sin embargo, sí hay yemas y, por tanto, desde allí pueden brotar nuevas ramas.
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Hoja simple vs. hoja compuesta
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Otra característica que debemos comprobar es que en el punto de inserción de un foliolo (axila) jamás hay una yema, es decir, que nunca podría brotar una rama de ese punto. Lo que aparentemente es el peciolo del foliolo no es más que uno de los nervios de la hoja. En las axilas de las hojas, sin embargo, sí hay yemas y, por tanto, pueden brotar nuevas ramas desde ese punto.
No siempre las yemas son tan visibles como las de la fotografía. A veces son diminutas e inapreciables. Pero las yemas, cuando brotan, forman nuevas ramas y éstas sí se pueden ver fácilmente.
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Yemas visibles
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Por último, un detalle que debemos comprobar para ver si son hojas simples o no es que las hojas divididas, aún siendo más o menos complejas, tienen una forma bastante definida, con lo que podremos observar que se repite en toda la planta. Por ejemplo, en los tréboles todas sus hojas poseen 3 foliolos y ese patrón se repite en todas las hojas de la planta (resulta tan difícil encontrar un trébol de 4 "hojas" que es símbolo de buena suerte).